Incidente en el Metro
Al llegar a mi casa y precisamente en el momento de abrir la
puerta me vi salir. Intrigado decidí seguirme.
Me vi pulsando compulsivamente el botón del ascenso y mi cara
de enfado al comprobar que no llegaba. Algunas veces durante la espera
levantaba la mano izquierda y remangándome la chaqueta miraba el reloj. Es
evidente que llegaba tarde a algún lugar, pero no tenía ni la más remota idea
de a donde me dirigía. Cansado de esperar baje rápidamente las escaleras sin
detenerme en ningún momento y yo me seguía.
Me vi salir abriendo la puerta de la calle, me fije fuera
llovía torrencialmente.
Pensé en mi otro yo, el que acaba de salir hacia la tormenta,
me iba a mojar y era algo que no me gustaría, además llevaba mi traje negro de
vestir que me regalo mi madre el día de mi trigésimo cumpleaños con lo que mi
humor al sentir la lluvia mojándome seguro que iría a peor.
Antes de salir a la lluviosa noche para seguirme a mí mismo,
me detuve a reflexionar en la extraña situación. Intente recordar de donde
venia cuando me encontré a mi mismo saliendo de casa, pero no conseguí hacerlo,
era algo tan surrealista que por un momento me sentí abrumado. Pero por extraño
que parezca esa sensación me duro poco tiempo, la curiosidad de ver hacia donde
me dirigía pudo más.
Salí a la calle y me visualice caminaba velozmente hacia la
entrada del metro intentado que mi ropa quedara lo más seca posible después del
paseo bajo la lluvia.
Seguí mis pasos y sentí algo muy extraño, pese a que la
lluvia caía violentamente sobre el asfalto y sobre mi no sentía mojarme y mi ropa estaba completamente
seca.
En el metro estuve cerca de mí, incluso mirando pero parecía como
si no me percatara de mi propia presencia. Intente comunicarme conmigo mismo
pero no lo conseguía, intenta tocarme pero no sentía mi contacto. Cansado de de
mis intentos frustrados de comunicarme caí abatido sobre el frio suelo metálico del vagón, a mi izquierda.
Sin motivo aparente ahí tirado en el suelo del metro, me invadió
una gran somnolencia y en ese momento se apodero de mí un miedo irracional
hacia la situación que como un flash de una vieja cámara fotográfica acaba de
revelarse en mi cabeza.
Mientras empezaba a caer en un estado de semiinconsciencia
con los ojos ya cerrados, escuche una fuerte explosión, no quise abrir los ojos
para comprobar lo que sucedía a mi alrededor además tampoco habría podio me sentía
sin fuerza incluso para ese pequeño gesto.
Escuchando los gritos desesperados de pánico a mi alrededor
tuve mi último pensamiento, antes de que me invadiera por completo la oscuridad
quizás para siempre, fue para aquella deseada cita a la que me dirigía cuando
sucedido el incidente del metro, esa cita que podía haber cambiado mi vida, pero eso algo que ya no tenia.
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